Usando ladrillos LEGO® elegidos específicamente para esta metodología, cada persona construye modelos tridimensionales respondiendo a preguntas específicas del facilitador. Estos modelos sirven como base en el intercambio de ideas dentro del grupo.
Las preguntas (o retos) que plantea el facilitador cambian según el desarrollo de la sesión, a veces requiriendo reflexión personal, a veces necesitando un trabajo en grupo o a veces buscando análisis de factores externos.
A través de los modelos personales y grupales construidos, los participantes discuten y comparten ideas nuevas, resuelven problemas, deciden estrategias alternativas, forman relaciones y vínculos más estrechos, reciben y dan críticas, identifican puntos fuertes y débiles etc... (todo según el objetivo establecido entre el facilitador y la empresa).